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lunes, septiembre 26, 2011

YO NUNCA LLEGARÉ TARDE

Nunca llegaré tarde


Sé que pensaste que no llegaría; sé que aunque creías que lo haría, en algunos momentos dejaste de verlo; sé que en momentos gritaste pensando que no te escuchaba; sé que has dicho ¿Dónde estás?; sé que has mirado al firmamento tratando de verme; pero aunque mirabas para todas partes tratando de encontrarme, Yo Soy el que siempre he estado a tu lado, tan cerca de ti como para sentir los latidos de tu corazón. Y aquí estoy, hoy quiero decirte algo…
Hij@ mi@, muchas son las razones por las que has llorado últimamente, he visto tu lento caminar y tú esfuerzo por no dejarme, ni tomar otro camino, he sentido tus gritos, tu desesperación, he escuchado tu muchas palabras, algunas de reclamos, otras de ¿¡porque!? He visto todo lo que has hecho hasta hoy y con tristeza te digo, algunas me han herido y otras me han causado tristeza, ¿Por qué no crees en mí, aunque dices hacerlo?
Yo he estado a tu lado en cada momento, te he esforzado para que sigas adelante, te he sustentado para que no te falte nada, te he ayudado para que veas mi rostro aun en medio de la oscuridad, te he tendido mi mano y te he dicho “Aquí estoy ven y hablemos”; pero sé que en algunas veces no has podido verme a causa de tu ansiedad y desesperanza, pero aun así Yo he estado ahí para ti siempre, y aun me dices ¿Dónde estás?
¿Acaso crees que no lloro al ver que con todo mi poder he tratado de que me veas, pero parece que nunca lo harás? La lágrimas no solo son algo humano, también son Divinas, porque las lágrimas en muchos casos demuestran un amor profundo, y es por mi amor eterno hacia ti que lloro al ver que he estado siempre a tu lado pero parece que en los momentos que más dices necesitarme, no me ves y dices que Yo no estoy.
Como quieres que te diga, Hij@ mi@, que te Amo como nunca nadie jamás te Amará y que me deleito en ayudarte a seguir, me deleito en Amarte; si no fuera así no hubiera entregado a mi propio Hijo para que pudiéramos hablar y pudieras verme y aun pudieras estar conmigo por siempre; ¿acaso si tu tuvieras un hijo lo entregarías para que lo trataran de la forma en que trataron a mi Hijo Jesucristo?
Deja de mirar para otras partes y ¡Mírame! Yo estoy acá, vine hoy a ti, aunque tú no creas que sea posible, vine hoy a ti aunque no hayas creído todo este tiempo, aunque decías hacerlo, dudabas y aun dudas de que Yo sea Dios y que puedo hablarte donde sea, como sea y a la hora que quiera, a través de la persona que Yo elija para hacerlo; pero tus propios estándares han hecho que tú mismo limites mi querer hablarte, pensando que muchas cosas no pueden pasar, dime ¿Qué es imposible para mí? Yo Soy el que Soy y Yo Soy tú Dios, deja ya de hablar sin creer, de pensar sin creer, de orar sin creer; cree, porque para mí nada, absolutamente nada, es imposible.
He venido porque he visto tu dolor, y he decidido hablarte y decirte que estoy muy cerca de ti, más que tus propios latidos, más que tu corazón, más que tu sangre; vine para decirte que Te Amo Eternamente y que no mires más para otras partes, ven para que hablemos, si sientes que no puedes, yo te ayudo a seguir, pero ven hablemos, ven y háblame, ven y dime que es lo que necesitas, ven y háblame a cada momento; ¿porque sigues diciendo que soy tu Dios? pero no has entendido que Soy tu Dios, sigues creyendo que no puedo hacer ciertas cosas, sigues tú mismo limitándome, tratando de decir que puedo y que no puedo hacer.
Con amor quiero decirte que deja ya todo lo que te estorba, deja ya todo lo que te aparta poco a poco de mí, deja ya todo lo que sabes que no te está ayudando, deja ya todo lo que no te deja crecer; perdona, ve y perdona; ama, ve y ama, ayuda, ve y ayuda; deja ya todo lo que te causa un obstáculo; y si no puedes, ven que Yo sí puedo y te ayudo a hacerlo; pero ven, ¡ven! Yo estoy ahí, cerca muy cerca de ti.
Hoy vine especialmente para decirte, seca ya tus lágrimas, porque aunque no lo creyeras, vine a ayudarte, vine a mostrarte que mi poder es inalterable, imperecedero; vine a mostrarte que Yo Soy Omnipotente y mi poder está al alcance de tus manos; pero sobre todo vine para decirte que Te amo y en este mismo instante te abrazo con mis brazos; mis brazos te rodean; siente paz y tranquilidad; llora, pero llora de paz y de tranquilidad, llora para desahogarte, abrázame fuerte y siente mi amor por y para ti; siente cuanto te amo y no vuelvas a decir ¿Dónde estás?, no vuelvas a orar sin creer ni a pensar sin creer ni a hablar sin creer, porque Yo Soy el que estoy aquí abrazándote, y Yo Soy quien te ayudará siempre; ahora escucha esto… Toda tristeza ¡se va!, Todo dolor ¡se va!, toda enfermedad ¡se va!, recibe paz, recibe sanidad, recibe liberación, recibe fuerzas, recibe mi amor, y no vuelvas a pensar que estoy lejos y que me he ido de tu lado, porque nunca lo haré, a menos de que tú lo quieras; ¡Recibe sanidad! ¡Recibe liberación! ¡Recibe paz! ¡Recibe tranquilidad! ¡Recibe Fuerzas! ¡Más! ¡Más! ¡Recibe mi amor! ¡Abrázame! y siente mi amor, el que hoy he venido a mostrarte, es el mismo que te doy todos los días; seca las lágrimas de dolor, porque Yo he quitado todo eso de ti y te he dado paz, ¿la sientes? ¡Respóndeme! ¿La sientes?, ¿recibiste? ¡Respóndeme! ¿Recibiste?… Sigue adelante, Yo estoy contigo, nunca olvides que Yo estoy contigo y que estoy cerca muy cerca de ti, observándote, escuchándote y mirando lo que haces; no te preocupes por nada porque MI PROTECCIÓN VA CONTIGO, adelante, sigue adelante, y sigue luchando, YO VOY CONTIGO, Te Amo Hij@ Mi@, Bendiciones, Muchas Bendiciones; y sobre todo nunca olvides algo que muchos pero muchos han olvidado…

YO NUNCA LLEGARÉ TARDE

Autor: Juan Carlos Vidal

sábado, septiembre 24, 2011

VIVIR LA FE EN COMUNIDAD


¿Porqué hemos de vivir la fe en Comunidad? ¿Porqué es tan difícil vivirla en solitario?
Parece que vivir la fe es algo tan íntimo que cuesta mucho trabajo compartir esos sentimientos con los demás. Sin embargo creo que la fe es para vivirla en comunidad.

Si ayudas a crear una experiencia de unidad y armonía entre los miembros de una comunidad, se pueden construir hermosas fraternidades con resultados inesperadamente gratificantes para el alma.

No se trata de forzar situaciones, sino de dejarse llevar por la experiencia de compartir algo con lo que te sientes bien con personas que reman en la misma dirección que tú. Comprobarás que todos tenían el mismo destino. Se trata de tomar conciencia de Dios desde el otro.

A veces cuando formamos parte de un grupo, y no tiene por que ser un grupo cristiano, uno espera que los otros tengan una actitud concreta para hacer más cómoda la confraternización, pero la comunidad no la construyen los demás, es desde el amor que yo le pongo a la relación en común donde comienza el éxito del grupo.

Hemos de mentalizarnos que si queremos convivir con un grupo afín tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para conservar la unidad, la comunión de intereses, la armonía grupal.

Pero, ¿cómo podemos conseguirlo?.

Para poderlo explicar, me he inspirado en algunos consejos que le he leído al padre argentino Ricardo Facci:

1º) Insistir en lo que se tiene en común, NO EN LAS DIFERENCIAS.
En un grupo de amigos puede que sea el ocio el que nos une, o las aficiones o incluso las obligaciones. En una comunidad cristiana compartimos al mismo Cristo, la fe, la espiritualidad. A medida que avanzamos en la convivencia, ponemos en común algunos aspectos de nuestra interioridad e intimidad. Pero no debemos olvidar nunca que Dios, a todos nos hizo diferentes: a cada uno nos distingue una personalidad, un carácter, capacidades determinadas. Hemos crecido con un trasfondo familiar concreto, una cultura que nos modeló en varias facetas, una educación que marcó nuestra forma de ser. Sin embargo, dentro de un grupo tendemos a exponer muchas más cosas en común que cualquier diferencia que podamos tener. Ese es el camino, el camino de la unidad, no el de la uniformidad.

La división surge cuando se enfoca la diferencia, en cambio la unidad se logra cuando nos concentramos en el amor y la comprensión a los demás.

2º) Ser objetivo en la relación entre EXPECTATIVAS Y REALIDAD.
Ser realistas cuando formamos parte de un grupo. Es fácil desanimarse por la distancia entre el ideal y la realidad de una comunidad. Sin embargo, para conseguir la UNIDAD debemos amar con pasión nuestra comunidad pese a sus imperfecciones. Quien anhela lo ideal mientras critica lo real, está mostrando una señal de inmadurez. Todos los miembros de una comunidad son pecadores, culpables, responsables de los hechos ingratos. Tú también.

Por otro lado, conformarse con la realidad sin luchar por el ideal, es señal de complacencia. La persona madura sabe que debe convivir con esta tensión. Siempre alguien nos defraudará o decepcionará, pero esto no es excusa para no tener comunión con él. ‘Con humildad y paciencia, sopórtense mutuamente por amor’ (Cfr. Ef 4,2).

Quien ama más el ideal de comunidad que a la comunidad real, se convierte en destructor de ella.

3º) Tomar la decisión de ANIMAR ANTES QUE CRITICAR.
La Palabra de Dios es muy clara en este sentido, insiste mucho en la importancia de no criticar a los miembros de la comunidad, ni compararlos, ni juzgarlos. Siempre debemos alentar a los demás con palabras que animan, que edifican; jamás, derrumbarlos con críticas destructivas.

4º) NEGARSE a escuchar chismes, y mucho más a repetirlos.
¿Qué es un chisme? Es divulgar una información cuando uno no es parte del problema, ni de la solución.

Tampoco debes escucharlos si quieres proteger tu entorno. Escuchar los chismes es como aceptar algo robado, y convierte a uno, también, en culpable del delito. ¿Qué hacer ante alguien que desea contar un tema del ausente? Responder con valentía ‘no necesito saber eso’. Las personas que cuentan chismes, también hablarán mal de ti.

¿Qué derecho tenemos de ventilar los problemas, pecados o intimidades de nuestros hermanos? Acaso, ¿tiene, quien escucha, la solución al problema? Y si no tiene la solución del problema, ¿qué sentido tiene involucrarlo con elementos negativos o que generan negatividades y animadversiones?

Debemos recordar que sin combustible se apaga el fuego: escuchar es combustible. Cuando desaparecen los chismes, finalizan las tensiones.

5º) APOYA al líder o al coordinador del grupo. No hay coordinador perfecto, pero en cualquier grupo que se precie siempre hay una persona que va por delante. La que organiza, la que plantea, la que decide, la que se equivoca. Sin embargo, Dios a través de los miembros del grupo, le dio la responsabilidad y la autoridad para construir y sostener la unidad de la comunidad.
Hay ocasiones en las que el coordinador debe resolver conflictos que se generan dentro del grupo, a veces, entre los propios miembros. Nada grato, por cierto. Hemos de apoyar a ese líder, al coordinador que tira de todos para favorecer la unidad de la comunidad. Estos, además, deben realizar la imposible tarea de que todos estén contentos. ¡Ni Jesús lo logró!
¿Qué estás haciendo para hacer que tu comunidad sea más cálida y fraterna? Hay personas de tu entorno que esperan que alguien que le de su amor y comprensión.
Todos estamos necesitados de amor.