¿Por qué decimos que
el Padre nuestro es la Oración Perfecta?
Simplemente porque en ella está
resumido todo lo concerniente a Dios, la fe y la esperanza del hombre.
A grandes rasgos
podemos observar dos grandes secciones: la primera concerniente a las “cosas” y
a la alabanza de Dios y la segunda referente a las necesidades humanas.
Siendo el Padre nuestro
la oración que nos enseñó nuestro Señor Jesucristo, seguramente es la primera
oración que aprendimos de memoria.
En esta oración se
nos invita a orar con sencillez y humildad de corazón, reconociendo nuestra
necesidad de Dios y admitiendo nuestras propias debilidades, pidiendo las cosas
en el orden que nos conviene, aceptando que Dios sabe las cosas que son mejor
para nosotros.
Al rezar esta
oración, no solo debemos repetir sin pensar o fijarnos en lo que estamos
diciendo, vivir la oración y meditarla profundamente.
El Padrenuestro está
conformado por un saludo inicial y siete peticiones: 3 referidas a Dios y
cuatro referidas a la tierra.
Saludo
PADRE NUESTRO QUE
ESTÁS EN EL CIELO. Con esta pequeña
frase nos ponemos en presencia de Dios para adorarle, amarle y bendecirle. Al
llamarle Padre, nosotros nos reconocemos como hijos suyos. “Padre Nuestro”
porque es mío, de Jesús y de todos los cristianos. El cielo no es un lugar sino
una manera de estar. Dios está en los corazones que confían y creen en Él. Dios
puede habitar en nosotros si se lo permitimos.
SANTIFICADO SEA
TU NOMBRE: Con esto decimos que Dios
sea alabado, santificado en cada nación, en cada hombre. Expresamos a Dios
nuestro deseo de que todos los hombres lo conozcan y le estén agradecidos por
su amor, comprometiéndonos a honrarlo con nuestros actos.
VENGA A NOSOTROS
TU REINO: Al hablar del Reino de
Dios, nos referimos a hacerlo presente en nuestra vida de todos los días, a
tener a Cristo en nosotros para darlo a los demás y así hacer crecer su Reino;
y también nos referimos a que esperamos a que Cristo regrese y sea la venida
final del Reino de Dios.
HÁGASE TU
VOLUNTAD EN LA TIERRA COMOEN EL CIELO:
La voluntad de Dios, lo que quiere Dios para nosotros es nuestra salvación, es
que lleguemos a estar con Él.
Le pedimos que nuestra voluntad se una a la suya para que en nuestra vida tratemos de salvar a los hombres. Es imitar a Cristo al momento de ser entregado “… no sea mi voluntad sino la tuya…”, poniéndonos en sus manos y entregándonos en un todo a Él, es a la vez imitar a María al momento de la anunciación “… he aquí la esclava del Señor, hágase en mí según has dicho…”.
Le pedimos que nuestra voluntad se una a la suya para que en nuestra vida tratemos de salvar a los hombres. Es imitar a Cristo al momento de ser entregado “… no sea mi voluntad sino la tuya…”, poniéndonos en sus manos y entregándonos en un todo a Él, es a la vez imitar a María al momento de la anunciación “… he aquí la esclava del Señor, hágase en mí según has dicho…”.
DANOS HOY NUESTRO
PAN DE CADA DÍA: Al decir “danos” nos
estamos dirigiendo a nuestro Padre con toda la confianza con la que se dirige
un hijo a un padre.
Al decir “nuestro pan” nos referimos tanto al pan de comida para satisfacer nuestras necesidades materiales como al pan del alma para satisfacer nuestras necesidades espirituales.
Al decir “nuestro pan” nos referimos tanto al pan de comida para satisfacer nuestras necesidades materiales como al pan del alma para satisfacer nuestras necesidades espirituales.
PERDONA NUESTRAS
OFENSAS COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN: Los hombres pecamos y nos alejamos de Dios, por eso
necesitamos pedirle perdón cuando lo ofendemos. Para poder recibir el amor de
Dios necesitamos un corazón limpio y puro, no un corazón duro que no perdone
los demás. Este perdón debe nacer del fondo del corazón. Para esto necesitamos
de la ayuda del Espíritu Santo y recordar que el amor es más fuerte que el
pecado. “…perdónalos Señor, porque no saben lo que hacen…”
NO NOS DEJES CAER
EN TENTACIÓN: El pecado es el fruto
de consentir la tentación, de decir sí a las invitaciones que nos hace el
demonio para obrar mal. Le pedimos que no nos deje tomar el camino que conduce
hacia el pecado, hacia el mal. El Espíritu Santo nos ayuda a decir no a la
tentación. Hay que orar mucho para no caer en tentación.
Y LÍBRANOS DEL
MAL: El mal es Satanás, el ángel
rebelde. La pedimos a Dios que nos guarde de las astucias del demonio. Pedimos
por los males presentes, pasados y futuros. Pedimos estar en paz y en gracia
para la venida de Cristo.
AMÉN: Así sea.
Al
rezar el Padrenuestro, le estás pidiendo a Dios todo lo que necesitas para esta
vida y para la vida eterna, no se trata solamente de una repetición sin sentido
aparente. El Padrenuestro es un darle gracias, es alabar y adorar a Dios, es
solicitar sus bendiciones para nuestra vida y es un acercarnos cada vez más a
Él. Es una forma más de estar en comunión con el que es tres veces Santo, el que es
trino y uno, el que es TODO.
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